martes, 13 de enero de 2009

Pastruleza profunda

Hoy día estaba manejando mi bicicleta, regresando de ver a mi novia, con un ojo más abierto que el otro, manejando en zigzag, embriagado por el sueño, toda la comida del día y una alergia misteriosa. La calle estaba particularmente nublada, no podía ver a más de dos cuadras de distancia.

Era una noche muy apacible. No tuve que frenar ni una vez para evitar ser aplastado por un carro, y no me topé con ningún loco, como ayer en la noche, que había un tipo escupiendo y gritando y tuve que tomar un desvío y termine en una zona oscura que dio miedo. Estaba a dos cuadras de mi casa cuando ocurrió.

El cielo se puso espontaneamente rojo, y claro, casi naranja. Empezaron a caer piedras en llamas alrededor mío, aunque seguía manejando en línea recta. Y entonces, detrás de las casa de mi izquierda se alzó elegantemente un dragón rojo, mirando al cielo y soltando un chillido que se debe haber escuchado hasta el parque Kennedy. El ave se alzó al cielo, el cielo fulminante se apagó, y cayó la última piedra a tres metros de mi bicicleta. Vi a lo lejos como el dragón volaba dando vueltas cerca a las estrellas, y parecía ahora solamente un halcón o un ave muy grande que había salido a pasear.

Llegué al pasaje de mi casa y me choqué con la caseta del vigilante. Luego me caí en uno de los pequeños jardines que decoran la fachada de cada casa, con la bicicleta encima, y dormí, tratando de pelear contra la alergia.

Me encanta despertarme y estar vivo, tener que vermelas con la resaca

Papi

2 comentarios:

tevoyamurmujear dijo...

te regalare marihuana por tu cumple para que sigas escribiendo asi.

Janis LA TANGERINE dijo...

pastillas?
jajajajaja yo las mezclo y ocurren webadas asi.