miércoles, 15 de abril de 2009

Cuatro Historias Recurrentes Y Una Conclusión Desafortunada

Gabriel se había dedicado a la economía por los dos primeros ciclos de universidad, cuando se dio cuenta que su verdadera pasión era la literatura. Se cambió a literatura, le fue excelente, y antes de terminar el primer año ya estaba publicando su primera obra. Estaba en un crecimiento de fama espectacular, volviéndose rapidamente reconocido en su país. No recordaba un mejor momento en su vida: Triunfando, y en un triunfo apenas cosechado, con grandes expectativas, haciendo lo que más le gustaba.

Mario fue un alumno muy regular durante su vida en el colegio, destacando únicamente en inglés. Al salir del colegio, descubrió la marihuana, una cosa llevó a otra y se volvió adicto a la heroína. En su propio mundo, la heroína le daba el placer absoluto, y vivía su vida solo esperando el siguiente momento para poder inyectarse más drogas, para poder vivir, aunque de una forma quizás incorrecta, totalmente feliz.

Roberto también fue regular en el colegio, estaba estudiando antropología en la universidad, y hace apenas dos semanas había conocido al amor de su vida; a Cristina. La relación era tan fuerte que ya le había propuesto matrimonio, y la boda estaba programada para dentro de tres semanas. Hacían todo juntos: Comían, tomaban café, se amaban muchísimo cada noche. Siempre la sorprendía, y ella no podría haber estado más contenta, con una radiante sonrisa vitalicia que habría levantado hasta al más deprimido del mundo. Pasó por la tortura de alejarse de ella ya que había llamado a sus amigos de siempre, Gabriel y Mario, para poder ir a celebrar, y se encontraron cerca a la casa de Mario.

Tomás está apuntando a Gabriel, Mario y Roberto con un rifle, en un callejón oscuro en un barrio joven, y ya que ninguno de los tres tiene nada bueno para darle (A Gabriel se le acabó el dinero, Mario consumió todas sus drogas y Roberto no llevaba nada) prosiguió a matarlos en la ira, uno por uno, y dando media vuelta sin observar los cadaveres o ver a Roberto retorcerse por última vez, recordando a su madre, a su padre, a sus hermanos, y por último, a Cristina, antes de sucumbir a la oscuridad total acompañado de millones de otras personas a las que nunca se les ofreció otra oportunidad.

Piensen un poco antes de devaluar cualquier cosa, aún así sean las otras personas.

1 comentario:

Camila dijo...

joseeeeeeeeee estoy en diseño
te extraño!